Se terminó, la mujer que decía que lo sentía por todo ya desapareció. Se fue después de tanta decepción y ahora ni loca se va a humillar por nadie.
Sinceramente, me da un poco de risa cuando la gente suele señalarme, no es que me crea perfecta, pero no soportan la idea de que confío en mis capacidades y que después de tanto rasguño en el corazón, ya no permito que nadie me trate mal. Soy independiente, valiente y con un intelecto alto, no necesito ensuciarme las manos para poner a alguien en su lugar y hay razones por las que ni loca te voy a pedir perdón.
La mujer que un día bajó la mirada, la que se calló lo que sentía, la que hizo de todo para adaptarse a las peticiones de los demás, ya no existe. Se cansó, de terminar llorando en su habitación con cautela, porque no quería que la escucharan. Se dio cuenta de que pedía disculpas por simplemente ser y eso es lo más triste que alguien puede hacer.
Ni loca te voy a pedir perdón
Sin problema podría hacer una lista entera, pero esta vez me voy a enfocar en las razones más importantes, las que me representan y me han abierto las puertas de la felicidad. Una vez me humillaron, me gritaron, me hicieron sentir tan poca cosa que me la creí. Sin embargo, recogí mis pedazos y entendí que no te voy a pedir perdón por lo siguiente.
Luchar por mis metas
Ya bastante complicado fue darle un montón de vueltas a mi cabeza, aterrizar las ideas que me llevaban a mis sueños. Ahora, no tengo que pedirte permiso, ni tampoco me voy a conformar con que no me apoyes. Si no respetas mis metas, vete.
Amar mi esencia
No tienes ni la más mínima idea de lo que me costó verme frente al espejo y aceptarme de pies a cabeza. Soy una mujer que tiene un valor más allá de la manera en que luce su cabello, su cuerpo, su piel. Mi corazón es grande y mi sentido del humor encanta, ya no te creo, no intentes hacerme pequeña.
Valorar mi soledad
Ni loca te voy a pedir perdón por pasar tiempo conmigo. Me hicieron creer que no tener pareja era malo, preocupante, sobre todo, cuando la edad no se detiene. Sin embargo, en mí encontré lo que es amar y no me voy a conformar con que alguien se entregue a medias. Bendita la soledad que me lo enseñó.
No quiero y punto
Ya ni recuerdo cuántas veces dije que sí, cuando en realidad no quería hacerlo. Me acostumbré a que los demás decidieran por mí, a llenar de sonrisas rostros ajenos mientras yo me amargaba. Ya no, ni loca te voy a pedir perdón por decidir no hacer algo que pone en riesgo mi salud mental, física o emocional. No estoy para complacer a nadie y eso no me resta valor.
Si alguien no entiende que se vaya, no va a condicionar mi amor. La mujer que aguantó y aguantó, quedó en el pasado, si quieres conocer a esta, te la tienes que ganar.