Tú ves a un niño haciendo berrinche, pero no sabes todas las emociones que hay detrás. Mamá no siempre sabe qué hacer, deja de juzgarla, no opines.
Es muy fácil ver las cosas desde tu burbuja. Sin embargo, no puedes señalar a una mujer como si tú fueras experto en crianza. Tal vez suene cliché, pero nadie nos enseña a ser padres, ojalá así fuera, quizás no tendríamos que enfrentarnos a un montón de inseguridades. La gente se siente con el derecho de calificarte cada vez que tu hijo hace un berrinche. De verdad, si no tienes hijos, no opines, juzgar a una madre no te hace mejor.
Sí, todas quisiéramos ser la madre de los anuncios de galletas, la que siempre tiene el cabello intacto y una sonrisa perfecta. Pero no, la vida no es un cuento rosa y hay que aceptar que la maternidad es todo menos romántica. Todos los días hay que enfrentarse a un nuevo desafío que te rompe y hace que te den ganas de tirar la toalla. Sin embargo, en medio de tu ansiedad te das cuenta de que una personita depende de ti y no tienes otra opción que levantarte.
No juzgues si no eres madre

Deja de juzgar a una madre que se siente frustrada cuando su pequeño tiene una rabieta a mitad de la fila del supermercado, simplemente no conoces la situación. El niño puede estar molesto por muchas razones y la madre no quiere causar incomodidades, pero al mismo tiempo tiene que pensar en solucionarlo. Ya es suficiente presión como para que todavía tenga que lidiar con susurros y miradas de desaprobación. Eso no te hace mejor.
¿Qué es lo que quiere decir? Te atreves a asegurar que si tú estuvieras en su lugar lo harías mucho mejor. ¿Realmente crees que una buena o mala madre se define cuando puede o no controlar un berrinche? Empatía, es lo que deberías agregar a tu lista, porque no tienes derecho a señalarla. Antes de emitir tu juicio, intenta pensar un poco, no dejes que tu ignorancia te nuble. No sabes si están teniendo un mal día, vamos, hasta tú como adulto has llegado a casa hecho pedazos y tirando todo a tu alrededor.
Si no tienes hijos, no opines, esa madre se levantó con ganas de hacerlo mejor que ayer, cumpliendo con el montón de actividades que le están robando la calma. Ni siquiera le dio tiempo de mirarse al espejo y observar lo que sus ojeras le gritan. Porque desde muy temprano las exigencias de su hijo la traen con la cabeza perdida. Ese pequeño ser que ves haciendo berrinche absorbe todo el tiempo de mamá, necesita amor, atención, comida, diversión, necesita un espacio limpio y todo lo hace ella.
Por favor, deja de juzgarla, porque también se siente insegura, porque está aprendiendo a lidiar con sus emociones y no quiere ser una mala madre. ¿Qué quieres? Que le levante la mano o le grite, ¿eso quieres? Ella lucha contra eso todos los días, es su hijo, no te metas. También fuiste un niño que no sabía canalizar sus sentimientos. Ahora, dale la oportunidad a esa madre y si se equivoca es su responsabilidad no la tuya. Juzgar a una madre no te hace mejor, que te quede claro.