Carta a mi esposo: el cuerpo del que te enamoraste ya no existe

El cuerpo del que te enamoraste se está yendo. A veces, se llena de ojeras, cansancio y un montón de miedos. Esta carta a mi esposo es para decir que ya no puedo más.

A veces, sólo quisiera que me comprendieras un poquito. No, no quiero tu lástima, sólo que te pongas por un momento en mis zapatos. Esto no ha sido fácil, ver la manera en que mi cuerpo fue cambiando ha sido de las cosas más difíciles que he vivido. No me malinterpretes, amo a mi hijo, pero el cuerpo del que te enamoraste ya no existe. Esta carta es para mi esposo, para que entienda que deje de juzgarme por lo de afuera, porque mi esencia sigue siendo la misma. 

No te voy a mentir, también echo de menos la firmeza en mi piel. Hay días en los que me siento tan insegura que prefiero quedarme en casa, porque me asusta sentirme señalada. La gente es muy cruel, quiere que después de dar a luz sigas siendo la misma de antes y castiga con su mirada. No me gusta eso y si me presionas a salir siento que te importa cómo me siento. 

Carta a mi esposo 
Carta a mi esposo: el cuerpo del que te enamoraste ya no existe. Foto Pexels
Querido esposo: 

Ya no soy la mujer de la cintura perfecta ni el cuerpo tonificado. Mis músculos se marcharon sin avisarme y su partida fue la razón por la que no dormí durante tantas noches. Ahora, mi estómago está lleno de grietas, esas que llaman estrías y que se han recorrido hasta el pecho. Me veo frente al espejo y huyo de él, no soporto mucho.

Son muchos los vestidos, blusas y pantalones, que dejé en el pasado. Ya no me atrevo a usarlos y tampoco estoy lista para ir de compras, por favor, deja de juzgarme por usar siempre lo mismo. Me siento diferente y estoy trabajando en ello, quiero convertirme en mi  mejor versión y si me apoyas será menos complicado. 

Esta carta a mi esposo, es un grito desesperado, para que sepa que lo entiendo, pero que necesito que él me entienda a mí. No soy un estuche, sé que mi cuerpo anterior te encantaba, pero no se siente bonito que te des la media vuelta al ver el nuevo. Todos los días voy aceptando una parte nueva de él y tú deberías hacer lo mismo. 

El cuerpo del que te enamoraste ya no existe y es tiempo de que enfrentes el duelo. No me avergüenza, porque gracias a él sigo aquí. Gracias a este cuerpo pude darle vida a los seres que más amo y lo volvería a hacer sin dudarlo. Gracias a este cuerpo puedo besarte, sentir que mi piel se eriza y abrazarte por las noches. Querido esposo, ¿Qué tal si nos enamoramos de nuevo? 

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