Hija no quiero que seas una princesa…

Hija, si hay algo con lo que aún sueño despierta es con poder verte convertida en una gran mujer. No quiero que necesites la mano de un hombre para hacer las cosas; no tienes idea de lo fuerte que son tus brazos.

Hija te ves hermosa con ese vestido, el vaivén de los olanes brillantes combina con la manera en que se mueve tu cabello. Pero no pasa nada si te ensucias de vez en cuando.

Mi amor avienta esas zapatillas si te estorban, no tienes que lucir perfecta todo el tiempo. Mi niña no hay cosas para hombres o mujeres, haz lo que te haga sonreír.

Hija, no quiero que seas una princesa. Foto Freepik

Está bien si te gusta cocinar, pero no estás para servirle a nadie, cocina para recibir un gracias y no una queja porque le faltó sal.

Mi niña los cuentos de hadas son hermosos pero no te encierres en la burbuja.  Porque es posible que ese príncipe azul no llegué y si lo hace tal vez te decepcione.

Hija, ten cuidado

Ten cuidado con los “para siempre”, crecer con esa idea angustia. Sí ya no amas a esa persona no tienes que seguir a su lado.

Sé valiente, no dejes que nadie te humille aunque te haya puesto un castillo. No eres un objeto y ni todo el dinero del mundo se acerca a tu valor.

No le des el gusto a nadie de verte derrotada, limpia tus lágrimas y sigue luchando. La vida no es fácil y te va golpear cuando menos lo pienses. Pero no te quedes llorando esperando a que te rescaten.

Tú eres tu héroe,  nadie va quererte como tú, nadie te conocerá como tú, aférrate a  tus virtudes y pelea con las manías que no te dejan avanzar.

No me malinterpretes, te ves bien siendo una princesa, pero que orgullo verte tan valiente aún con carmín en los labios.

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